La zona de confort

Las personas estamos acostumbradas a la rutina: más o menos nos levantamos a la misma hora, desayunamos lo mismo, vamos al trabajo por el mismo camino, trabajamos en lo mismo, hablamos con la misma gente. Nuestra vida tiene un esqueleto básico sobre el que hay, a veces, cambios menores. Con esa disposición nos sentimos cómodos, y si nos cambian algo nos descuadran un poco los esquemas.

¿Asumir riesgos?… eso es para otros. Me agobia y me enfurece cuando me veo sometido a situaciones fuera de mi zona de confort y me siento enormemente aliviado cuando me alejo de ellas para volver a mi cueva.

Por ejemplo, si por norma eres un oficinista aburrido, seguramente si te dicen que te apuntes a hacer "puenting" un escalofrío te recorra la espalda y te pongas nervioso. Para un paracaidista del ejército, sólo hacer puenting puede ser una actividad aburrida. Para el primero es una cosa que está fuera de su zona de confort, para el segundo, es una cosa que está bastante dentro.

La Zona de Confort es el conjunto de creencias y acciones a las que estamos acostumbrados, y que nos resultan cómodas. Aquello que está dentro de nuestra zona de confort lo podemos hacer muchas veces sin mayor problema y no nos produce una reacción emocional especial; en cambio, lo que está fuera de nuestra zona de confort nos incomoda, nos produce un cierto rechazo, nos provoca ansiedad o nerviosismo.

Tiene un sentido evolutivo muy claro: no hacer cosas que nos son extrañas, para las cuales no nos consideramos totalmente capacitados, y que posiblemente nos van a poner en peligro. Si no nos ponemos en peligro estaremos seguros, así que cuando permanecemos dentro de la Zona nos da una sensación reconfortante de seguridad. La desventaja es que si permanecemos dentro de la zona, estamos estancados, no progresamos.



Salir de la Zona de Confort es una actividad muy importante para crecer como personas. Mientras que la mayoría de la gente se estanca, porque no les gusta cambiar sus rutinas, aquellos que de verdad persiguen sus sueños y están dispuestos a conseguirlo, saben que para lograrlo tienen que romper con sus hábitos, enfrentarse a sus temores, y hacer cosas que jamás pensaron que se atreverían a hacer.

El Valor no es la ausencia de miedo, sino la habilidad de enfrentarse a él.

John Putnam

Y es que todos los días tenemos oportunidades de hacer algo que está fuera de nuestra zona de confort pero dejamos que nuestro yo racional nos bombardee con justificaciones del porqué es mejor dejar pasarlo para otra ocasión. Así que si alguna vez te pasa esto, haz lo siguiente para ayudarte a salir de tu zona de confort:

• Imagina que tienes frente a ti a la versión mejorada de ti mismo.
• Ese "yo mejorado" salió de tu zona de confort y tomó ese paso o implementó esa acción que te permitiría avanzar hacia uno de tus objetivos importantes.
• Imagínale con la postura y lenguaje gestual de ti mismo habiendo logrado ese paso, habiendo salido de tu zona de confort y aprendido que puedes ir un poco más allá.
• Imagina la sensación que tiene tu yo mejorado. Imagínale creciendo frente a ti y haciéndose más grande.
• Ahora imagina que le abrazas y haciéndolo metes en ti la sensación aumentada de logro, de satisfacción por haber ido un poco más allá y por estar ahora más cerca de tu objetivo.
• Disfruta de esa sensación y mientras tiene ese sentimiento en tu cuerpo, piensa que ya lo has conseguido y adelante, ¡sal de tu zona de confort y avanza!

Un ejemplo, siempre vigente, es cuando se sigue en el mismo trabajo haciendo siempre lo mismo, mes tras mes, año tras año y uno nunca se actualiza, se cree que nunca se acabará la "comodidad", pero pasan los años y, un buen día, te echan, se sale a hacer algo que uno o no sabe o no se acuerda – el buscar trabajo – y allí es cuando uno se da cuenta que es obsoleto… Entonces el estilo de vida recibe una sacudida y hay personas que no lo pueden soportar, caen en depresiones, cambios de carácter, vienen los divorcios y, a veces, hasta el suicidio…

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Por lo tanto, si se está mucho tiempo en el mismo trabajo, pareciera que lo mejor es actualizarse e ir a cursos y seminarios (pagados por la empresa o por uno mismo). La mejor inversión es la educación en uno mismo y, si se tiene un trabajo que no satisface, lo mejor es irse a otra empresa. Y, si esto último no es posible y uno tiene "reservas" financieras suficientes, el irse también es una opción. La salud lo agradecerá.

Si no nos ponemos en peligro estaremos seguros, así que cuando permanecemos dentro de nuestra "zona de confort" tendremos esa sensación de seguridad. La desventaja es que si permanecemos dentro de esa zona no progresamos.

Justamente hacer cosas a las que no estamos acostumbrados es lo que nos lleva a aprender y a crecer como personas. Aquellos que de verdad persiguen sus sueños y están dispuestos a conseguirlos, saben que para lograrlos tienen que romper con sus hábitos, enfrentarse a sus temores, y hacer cosas que jamás pensaron que se atreverían a hacer.

Todo cambio trae aparejado un trabajo interior, es hacerse responsable de crear el propio destino. La cuestión no es el tiempo que lleve, sino que se está en camino. Tomar acción, buscar respuestas, tomar la responsabilidad de cada cosa que sucede en la vida de uno, comprometerse con el cambio y con el resultado del mismo, sin detenerse ni en el pasado ni en el presente, sino en crear el futuro.

Recuerda que todo lo que haces se acumula, y salir de tu zona de confort pondrá otro grano de arena en esa persona que quieres ser.
Fuentes: varias y Oscar H. Canorio (MBA en la UADE Business School).
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