Los índices económicos tradicionales tienen muchos problemas de cálculo y con frecuencia están manipulados para los objetivos del que los prepara o de quien los encarga. Sin embargo, están apareciendo otros que son muy explicativos y se perciben con facilidad paseando por la calle o comprando simplementeDesde hace algunos años, si vas a un Mercadona (y a cualquiera de sus competidores, claro está) aprecias el alto número de hombres acompañando a sus mujeres a la compra (no me refiero a los compradores en solitario). Son prejubilados y parados (despedidos en edad laboral avanzada e indemnizados) que aburridos de estar en casa se ponen de esport y se van con su esposa a la compra. Este índice explica el aumento de esa clase pasiva creciente en nuestro país.
Algunas mujeres quieren aprovechar la salida a la compra con el marido, para sacar a pasear al perro y -de esta forma- los dos irracionales la esperan junto a la puerta de entrada
El índice hombres en Mercadona tiene otras consecuencias perniciosas que -además del aumento de hombres que ya no trabajan- son las enfermedades mentales (que suelen acabar en divorcios) que provocan en sus parejas.
El hombre en Mercadona no es un acompañante inocuo, cuando entra en el local comercial quiere seguir la ruta óptima, compra secuencialmente con arreglo a una suerte de explosión de materiales a partir de los platos del menú semanal (lo que en algunas empresas recibe el nombre de MRP I – Planificación de los materiales que se necesitan en la producción) y odia los cambios caóticos de pasillo, no abandona nunca un carro lleno (aunque no lo haya pagado todavía) y -sea el supermercado que sea- siempre acaba delante de donde están los jamones, sin olvidar que se ha mirado las ofertas antes de empezar a recorrer la tienda lo que le predispone a ciertos productos desde el punto de vista económico aunque no exista ningún otro interés de uso o consumo. Este comportamiento supone un yugo a las acompañadas que juran no volver más a comprar con el marido. No obstante, si se repite habitualmente esta asistencia a la compra, suele acabar en una irremediable separación matrimonial. Son cosas del convivir por cuestiones laborales. Algunas mujeres quieren aprovechar la salida a la compra con el marido, para sacar a pasear al perro y -de esta forma- los dos irracionales la esperan junto a la puerta de entrada.
Bien, a partir de ahora siga este nuevo índice, es fácil de componer, les basta con la observación o con interrogar a sus conocidos al respecto. Sabrán cómo está la economía y si vamos a peor o a mejor sin tener que fiarse de los políticos.
Publicado por: ROLIVER2009 (extracto artículo)
No hay comentarios :
Publicar un comentario