Potenciar la lealtad de tus empleados

Tanto si diriges una pequeña empresa como una gran corporación, uno de tus mayores activos es la lealtad de tus trabajadores.

Retener a los empleados que constituyen la espina dorsal de nuestra empresa es tan fundamental como retener a los clientes. El éxito de nuestros productos depende en gran medida de nuestros empleados, al igual que el fracaso también puede ir asociado a ellos. De ahí la importancia de rodearse de una plantilla fiel y leal que comparta nuestros principios.

El primer paso para rodearte de trabajadores fieles es la evaluación de los candidatos al puesto. La tendencia a la lealtad es una cualidad que se tiene de forma natural, hay personas más predispuestas a ello que otras a las que les puede importar poco o nada. Por tanto, hay que tener presente que aunque la lealtad se puede fomentar, no es por lo general una cualidad innata.

La lealtad recíproca es fundamental. Sé leal con tus empleados para que ellos puedan serlo contigo. Debemos dar el primer paso y demostrar ser capaces de dar la cara por ellos para que llegado el momento la acción se repita en sentido contrario. También debemos tener en cuenta su bienestar y considerarlo como un asunto prioritario. En este punto, hay que ser consciente de que el dinero no tiene nada que ver: la lealtad no es una cuestión de cifras, en cambio, sí lo es de respeto mutuo, consideración y reconocimiento.



La sencillez en el trato con tus empleados es preferible al aura de "líder intocable". Un trato natural potencia un acercamiento en caso de problemas. Tus empleados se sentirán seguros si saben que pueden acudir a ti cuando lo necesiten.

Incrementar los beneficios para los empleados también contribuye a potenciar la lealtad: servicios como hospitalización, cobertura médica, vacaciones o seguro de vida son las opciones más comunes y valoradas. Es una muestra de que te interesa el nivel de calidad de vida de tus empleados.

La comunicación transparente es una fuente inagotable de recompensas. Se puede dar la circunstancia de que los intereses de la dirección no coincidan con los de los empleados. Sé claro con tus empleados, hazles saber qué se espera de ellos y cuáles son las expectativas mutuas, comparte con ellos la visión de la empresa y potencia el feedback entre vosotros. Puedes poner en funcionamiento los mecanismos de comunicación interna como foros de debate internos donde los empleados puedan formular sus sugerencias, por ejemplo.

En un mercado tan competitivo como el que vivimos en la actualidad, no nos podemos permitir el lujo de perder a nuestros mejores empleados. Retener a los empleados más eficaces y rentables supone una inversión de futuro.
Fuente: The Toilet Paper Entrepreneur

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