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La llave que pudo evitar el hundimiento del Titanic


A las 23:45 horas de la noche del 14 de abril de 1912, los vigías a bordo del RMS Titanic vieron un enorme iceberg hacia el que la nave se dirigía irremediablemente. Una espesa niebla y la falta de mejores medios para ayudarles en su tarea (binoculares, por ejemplo) hacían casi imposible ver cualquier objeto que se encontrase a cierta distancia de la nave. Debido a su enorme tamaño, el Titanic no pudo virar a tiempo y pasó rozando el iceberg y adentrándose en la la tragedia tal y como todos sabemos.

David Blair era un marino británico, destinado a servir en la nave Titanic como segundo oficial. Sin embargo, pocos días antes del fatal viaje inaugural del Titanic, Blair fue transferido a la tripulación de otro barco de la naviera, salvando así su vida. La parte de la historia que nos interesa tiene que ver con una pequeña llave que David Blair olvidó en su bolsillo.



Esa llave abría unos pequeños compartimentos ubicados en los puestos de observación donde se encontraban, entre otras cosas, los binoculares destinados a ser usados por parte de los vigías de a bordo. Debido a que Mr. Blair nunca entregó la llave a Charles Lightholler, su sustituto en el Titanic, los vigías del barco nunca pudieron utilizar los prismáticos destinados a facilitar su labor de vigilancia a bordo.

En las investigaciones llevadas a cabo tras el hundimiento del Titanic, se llegó a la conclusión de que de haberse hallado en posesión de la llave que les hubiese permitido abrir los compartimentos de los puestos de observación y usar los binoculares disponibles, los vigías podían haber alertado de la presencia del fatídico iceberg con antelación suficiente como para hacer virar la nave de forma segura. Sin saberlo, David Blair había sellado el negro destino del mayor barco jamás construido al olvidar una pequeña llave en el bolsillo de su chaqueta.
Fuente e imagen: Rincón del Misterio

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