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Internet cuántico, el futuro de la red

Físicos alemanes lograron construir un sistema que puede ser el primer paso para una red de muy alta velocidad.

Aunque son términos y materias muy difíciles de comprender para el público no especializado, los posibles efectos de la implementación de esta tecnología sí se pueden ejemplificar. Las velocidades de navegación y descarga se volverían, literalmente, increíbles: una descarga podría finalizar antes de que el usuario termine de hacer clic. Por lo mismo, los tiempos de espera desaparecerían.

En las dependencias del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica, en Alemania, Stephan Ritter y Gerhard Rempe, crearon un sistema de Internet cuántico de dos nodos. Esta tecnología permitiría el envío y recepción de información a larga distancia, de forma fiable y con una seguridad absoluta. La información fue publicada por la reconocida revista científica Nature.



A pesar de ser un pequeño sistema, el Internet que ocupamos en la actualidad comenzó en los años sesenta de la misma forma. Por lo mismo, en el futuro podría extenderse para crear replicarse a gran escala, conformando una inmensa red de información cuántica.

El equipo de físicos construyó un nodo universal que cuenta con la capacidad de recibir la información cuántica, almacenarla y, por supuesto, transmitirla.

La red primaria fue creada utilizando átomos de rubidio, atrapados en cavidades ópticas de reflexión en cada nodo de la red, mientras los nodos se encuentran enlazados por fibra óptica. Cada átomo de rubidio puede almacenar un estado cuántico (qubit), y cuando el átomo emite el fotón, el qubit (estado del átomo respectivo), queda codificado en la polarización del fotón. Así, el nodo de destino adquiere el estado del qubit que emitió dicho fotón.

En palabras simples, este método permite utilizar átomos para almacenar qubits, mientras que los fotones son quienes transmiten el estado cuántico. El átomo de recepción toma el estado cuántico recibido.

"Los átomos individuales son excelentes memorias cuánticas, y los fotones individuales son ideales para la transmisión", señala Ritter.

Por décadas, las redes cuánticas de información han sido un tema de real fascinación científica. Charles Bennett y Gilles Brassar en 1984, describieron la criptografía cuántica, basada en la transferencia de información codificada, mediante estados cuánticos de los fotones. Lo que fue considerado como el código final inquebrantable. Otro caso se vivió en 2008, cuando se instaló otra red de información de estas características, patrocinada por la Unión Europea, que sólo podía enviar datos, mientras que otros nodos sólo podían recibir.

Gerhard Rempe pasó gran parte de la última década trabajando en el desarrollo y mejora de sistemas de cavidad de un solo átomo, en una interfaz reversible entre luz y materia, lo que permitió la concreción del proyecto, con la primera demostración de red en base a cuantos de energía.

La decodificación cuántica es un proceso difícil, debido a que es extremadamente frágil. Por lo tanto, es una opción que plantea una seguridad casi absoluta, porque al ser hackeada se modifica o destruye. "Con el fin de evitar su alteración, o incluso la pérdida de la información, es necesario tener un perfecto control de todos los componentes de la red cuántica", señaló Ritter.

A pesar de ser un significativo avance en el mundo científico, sus implicancias en el mundo cotidiano sólo se podrían ver en un futuro lejano.
Fuente: Alto Nivel

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