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El desarrollo de la inteligencia emocional (IE) - Parte 3 de 3
Se puede desarrollar la IE, tal y como han demostrado décadas de estudios psicológicos, programas de entrenamiento y otros métodos. Puedes aprender a adaptar tu conducta, tu humor y tu imagen. No se trata de alterar tu personalidad por completo; basta con cambiar actitudes y hábitos y hacerte con nuevos conocimientos y técnicas. Por supuesto, esto no se consigue de la noche a la mañana; lleva tiempo y cierta disciplina. Por lo tanto, es mejor que lo consideres como una inversión a medio plazo con significantes resultados.
La IE no sólo te ayuda a ti, también consigue que los demás den lo mejor de sí mismos. Este tipo de crecimiento personal te ayuda ser una persona más completa, capaz de orientar a otros a desarrollar su propia inteligencia emocional, pero como ocurre con todo crecimiento personal, sólo es factible si de verdad deseas desarrollarlo. Eres tú quien decide qué y cómo cambiar; es decir, depende de ti en qué persona te quieres convertir.
Hay varios tests sobre inteligencia emocional que te ayudarán a evaluar tu capacidad en este campo, pero no es necesario usar una cinta métrica; la acción mejorará ciertos aspectos de tu IE.
Formas de desarrollar tu Inteligencia Emocional
Comprometerte
Como un bailarín, obligado a aprenderse los pasos de un nuevo baile, en primer lugar debes considerar que deseas un cambio personal y ese cambio sólo se dará a través del ejercicio y el ensayo. Por ejemplo, ¿qué aspectos de ti quieres mantener y posiblemente mejorar? Las personas que persisten en su empeño y muestran una actitud positiva hacia el crecimiento personal, acaban consiguiendo un cambio efectivo.
Deja que los demás opinen
Hasta los mejores actores necesitan a alguien que les diga cómo lo están haciendo. Todos corremos el riesgo de sufrir el síndrome de la rana hervida, que se va acostumbrando a los cambios poco a poco, sin apenas darse cuenta.
¿Quién te va a decir la verdad? ¿Quién será el que, como ocurría con los emperadores romanos, henchidos de triunfo, tendrá que acercarse a tu oído y susurrarte «Sólo eres humano»? Porque esa es la clave: ¿alguien te va a decir que deberías cambiar de actitud? Si preguntas «¿Cómo te parece que he hecho la presentación, bien o mal?» ¿Crees que te van a dar una respuesta cautelosa o por el contrario, crees que te van a decir lo que quieres oír? Debes permitir que la gente te dé una respuesta honesta. Busca a los que van a ser sinceros y te van a sugerir cambios en tu conducta.
Profundiza
Reflexiona, piensa en tus valores personales, en tus principios, aunque te parezca que no tiene nada que ver con la vorágine diaria. Aclara qué aspectos de ti mismo te gustaría preservar, guardar y disfrutar y cuáles te gustaría cambiar, mejorar o adaptar a tu ambiente y situación actuales.
No tienes por qué hacerlo dentro del contexto de la empresa, si no a través de oportunidades externas a ella. Me refiero a sesiones dirigidas por gente que no tiene un interés especial en cómo puedes cambiar o desarrollarte. También te puedes valer de varios test psicológicos para determinar aspectos íntimos de tu verdadero yo, tales como tus valores, tu filosofía, tus rasgos y razones. En cualquier caso, los tests sólo nos ofrecen información, no son los sustitutos de la acción.
Sé íntegro
Procura que tu desarrollo sea completo. No te centres únicamente en tus carencias o deficiencias, porque también hay que tener en cuenta tus puntos fuertes y cuáles puedes mejorar; precisamente ese era el fallo que se cometía en muchos programas: que partían de una posición negativa y no de una positiva.
Es posible que quieras cortar cuanto antes: «Dime qué hago mal y lo cambio». Pero así no funciona. Porque si nos centramos demasiado en lo que va mal, acabas con la autoestima por los suelos y sin capacidad de ver y valorar lo bueno.
Quizá venga bien un poco de asesoramiento
Un buen asesoramiento puede contribuir a mejorar tu IE, porque te da una perspectiva nueva de cómo eres y te informa de los puntos en los que más debes concentrar tus esfuerzos. Si aprendes bien de ese asesoramiento, tú mismo puedes convertirte en el que ayuda a los demás y aplicar tus conocimientos en cómo piensan, sienten y actúan los demás.
Sueña
Piensa en lo que te gustaría conseguir; no te quedes en la mera predicción de tu más que probable futuro. Habla con los demás; en las conversaciones (formales o entre amigos) salen los deseos; en los tests que realices, también. Es probable que tu empresa no sea partidaria de realizar investigaciones tan especulativas e imaginativas, sobre todo con grupos, ya que tienen que dedicarse a otros temas. En este caso, explora las oportunidades que vengan de fuera para liberar la mente y hacerte una idea de cómo quieres que pinte tu futuro. Este es el primer paso para conseguir que las cosas ocurran.
Elabora un plan de desarrollo
Desarrollar la IE, tal y como hemos comentado, lleva cierto tiempo y se corre el riesgo de perder el objetivo principal al no perseguir los temas claves u obsesionarte con uno concreto dejando los demás aparte. Elabora un plan personal de desarrollo en el que puedas trabajar, digamos, a lo largo de los 12 próximos meses. Así, de paso, evitas explotar en exceso uno de tus talentos y aceptar que debes adaptarte y cambiar.
Tienes que marcarte objetivos específicos, que te motiven y entretengan de alguna forma. Además, estos objetivos deben ir en una misma dirección. Por ejemplo, no basta con proponerte que vas a mejorar tu capacidad de escuchar activamente (ver Capítulo 2); tienes que hacerlo dentro del contexto apropiado; si quieres que tu gente resuelva sus problemas, enséñales a pensar, no les des la solución.
En resumen, elabora tu propio programa de aprendizaje. Los demás te dirán lo que ellos piensan que deberías cambiar, pero eres tú, sólo tú, quien debe decidir qué y cómo quiere aprender.
Sal de la zona de confort
No todo el mundo se siente a gusto en esta labor del desarrollo de uno mismo; sobre todo, si eso implica tener que hacer cosas extrañas. Por ejemplo, en los cursos para el personal que se imparten en Maynard Leigh, la gente se siente como en el centro de un escenario del West End; ahí tienen que hablar de lo que les gusta. Al principio, lo ven con una mezcla de temor y disgusto. Luego, les satisface, ya que comprueban los cambios de conducta que se producen en sí mismos.
No parece mala estrategia; seguro que te lleva hacia el crecimiento personal, así que ¡adelante! Y no temas dejar atrás tu zona de confort. Bienvenidos sean los retos.
Practica
Llevar a cabo tu plan de desarrollo y avanzar hacia los objetivos de tu desarrollo personal requiere cierta práctica. Sólo a través de ella conseguirás confianza en ti mismo y alcanzar los cambios que deseas.
La práctica incluye experimentar con distintas formas de conducta dentro de un ambiente concreto, que podría ser un taller de trabajo. Estos te permiten dedicarte a un tema concreto; por ejemplo, cómo ser más empático, más firme o entender mejor las relaciones. La IE se adquiere a base de aprendizaje continuo; no es cuestión de aprender una cosa y decir: «Bien, esto ya está, ¿qué viene ahora?» Por ejemplo, al mejorar tu empatía para relacionarte con la gente, no te pares; debes seguir practicando y aprendiendo.
Al entender que es un aprendizaje continuo, entiendes que muchas personas acaben adquiriendo un dominio total. Porque quieren saber qué es lo que mejor funciona, descubrir más sobre su capacidad y cómo inculcar a los demás sus motivaciones, sentimientos y necesidades. Incluso buscan oportunidades para practicar técnicas de IE fuera del contexto profesional. Por ejemplo, al relacionarte con otras empresas, en clubes locales o asociaciones profesionales, pruebas tu capacidad como creador de equipos.
Anticiparte a los contratiempos
Si desarrollar la IE fuera fácil, está claro que todo el mundo lo habría hecho ya. Al perseguir el proceso de cambio, te encuentras con obstáculos que hacen más lento e incluso bloquean tus progresos. Por lo tanto, debes reforzar tus mecanismos de apoyo para esos momentos difíciles, cuando las cosas no marchan como esperabas o cuando crees que tus intentos son en balde. ¿Cómo hacerlo? Quizá con la ayuda de un asesor, programando ciertas charlas con algún colega amigo o buscando asesoramiento externo, de tal forma que puedas ver las cosas con perspectiva.
Maneras de desarrollar tu Inteligencia Emocional (IE)
* Identifica tus verdaderos sentimientos sin encasillar a la gente o las situaciones.
* Tómate el tiempo necesario para reflexionar sobre tus sentimientos y utilízalos para localizar aquéllos que aún no has satisfecho.
* Usa tus sentimientos para tomar decisiones y márcate/alcanza objetivos
* Convierte el enfado en energía productiva y utilízalo para llenarte tú mismo de ella.
* Muestra empatía, comprensión y aceptación hacia los sentimientos de los demás.
* Antes de aconsejar, ordenar, juzgar o sermonear, escucha.
* Reconoce tus temores y deseos.
* Reconoce tus principios y qué es lo que realmente te importa.
* Busca el lado positivo de los sentimientos negativos (de ti mismo y de los demás).
* Sé íntegro y procura que tu autodesarrollo sea de gran alcance.
* Piensa que el asesoramiento puede mejorar tu IE.
* No temas ir un poco más allá de tu zona de confort en cuanto a tu compromiso y da la bienvenida a los retos.
Este curso es un fragmento del libro: “Los secretos del éxito en el management”, del autor Andrew Leigh, publicado por Pearson Educación (ISBN: 9788483226131).
Autor: Pearson Educación
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sanchezjl
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