Ser asertivo puede causarnos temor: tenemos miedo de las reacciones de la gente si decimos lo que pensamos
Un gerente podría regañar a tres personas de su personal. Una de ellas puede responder de una manera positiva y estar resuelta a proceder mejor, otra podría enojarse y tramar una revancha por el menosprecio y la tercera podría pasar el resto del día encerrada en el baño, compadeciéndose a sí misma. Cada una elige su propia reacción a las palabras del gerente y cada una reacciona de una manera diferente.
Ser asertivo puede causarnos temor: tenemos miedo de las reacciones de la gente si decimos lo que pensamos. Pero hay que tener en cuenta que esta habilidad se debe usar solamente cuando es pertinente y que ninguna de las partes se debería sentir disminuida o humillada por la transacción.
Si usted necesita criticar algo o a alguien, esa crítica siempre debería ser pertinente. Cuando se niega a satisfacer una petición debería hacerlo de una manera que deje el camino abierto para una negociación posterior.
Muestre siempre una comprensión del punto de vista de la otra persona y trátela de la manera que usted desearía ser tratado.
Ejemplo 1
Imagine que está en la oficina. Tiene una serie de tareas de alta prioridad pendientes pero alguien acaba de traerle más trabajo e insiste en que lo haga esa misma mañana. ¿Cuál sería su reacción?:
Pasiva: «Está bien, intentaré hacerlo».
Éste es un soborno a corto plazo. Usted hace el trabajo e irrita al resto de personas que le habían pedido otras tareas antes, o no lo hace, lo cual disgustará a la primera persona. Quizá lo haga silenciosamente en su hora del almuerzo, lo cual le causará fastidio y se odiará a sí mismo por ser tan comedido.
Agresiva: «Mire, usted ya puede ver lo ocupado que estoy. Siempre me trae este tipo de cosas en el último momento. ¿Cuántas manos piensa que tengo? ¡Pídale a otra persona que lo haga!».
Bien, ahora se siente mejor, ¿no es así? Pero ¿cómo se ha sentido la otra persona? Quizás ella no sabía que usted estaba tan ocupado. Tal vez le devolverá esa agresión con otra agresión y todo el problema se agravará. ¿Qué pasa con la atmósfera que se quedó atrás?
Asertiva: «Mire, sé lo importante que es este trabajo para usted. Estoy seguro de que no tiene la intención de dificultarme el trabajo pero ya tengo un montón de tareas urgentes pendientes y no puedo terminar la suya esta mañana. Lo más temprano sería a las 4 de la tarde».
No hay ninguna necesidad de que la otra persona se sienta humillada y usted le ha dado un plazo realista para la tarea. Ha establecido sinceramente su posición sin desvalorizar a la otra persona.
Ejemplo 2
Ahora imagine que ha pedido algunos artículos por correo y que han llegado otros —con retraso— que no eran los que usted había solicitado. ¿Cuál sería la conducta apropiada?:
Pasiva: usted se queda con los artículos, decide no trabajar nuevamente con esa empresa y aprovecha cualquier oportunidad para quejarse de ella ante sus amigos.
Agresiva: usted telefonea para quejarse: «Oiga, ¿todos ustedes son estúpidos o qué? En primer lugar, tuve que esperar días hasta que llegaran los artículos, lo cual significó una pérdida de tiempo en mi trabajo. Luego he tenido que gastar gasolina para ir hasta la oficina de Correos y recogerlos ¡y ahora descubro que me han enviado artículos equivocados! ¿A qué están jugando?».
Asertiva: «Comprendo que es Navidad y que su departamento debe de estar ocupado, pero primero me molestó el retraso de la entrega y luego descubrí que me habían enviado otros artículos. Estoy seguro de que fue un descuido pero quisiera que recogieran los artículos y me devolvieran todo el dinero, por favor».
Por supuesto, algunas personas disentirán con usted, a pesar de lo asertivo que pueda ser. Cuando esto suceda es importante que sepa qué es negociable y qué no. Si insiste con algo y luego retrocede bajo presión, verá que en adelante las personas siempre se opondrán porque supondrán que le pueden someter otra vez. Si su posición no es negociable, es preferible que adopte la técnica del «disco rayado» y que repita su argumento una y otra vez en lugar de discutir.
Imagine ahora que alguien le ha pedido algún dinero prestado:
Reacción pasiva: presta el dinero y luego se lamenta o:
- «Lo siento, no llevo encima dinero en efectivo». (Una mentira.)
- «Pensé que ibas a ir al cajero automático al mediodía.»
- «Fui, pero necesito ese dinero para comprar algo mañana.» (Otra mentira.)
- «Está bien, te lo devolveré para entonces.»
- «Lo siento; lo que he querido decirte es que hoy le he prometido ese dinero a Roger. Necesita comprar algunas flores para el cumpleaños de su mujer.»
- «De acuerdo. Roger puede encargar las flores con mi tarjeta de crédito y así yo tomo tu dinero prestado.»
Reacción asertiva:
- «Lo siento. Me temo que la respuesta tiene que ser no.»
- «Puedo devolvértelo mañana.»
- «No, lo siento.»
- «O esta noche, entonces.»
- «No.»
Al reafirmar su decisión una y otra vez usted no deja ningún espacio para la negociación o la discusión.
Practique sus técnicas asertivas. Anote las respuestas pasivas, agresivas y asertivas a cada una de estas tres situaciones:
1. Usted ha estado llevando a un compañero hasta el trabajo durante los últimos dos meses y hasta ahora él no le ha ofrecido pagarle la gasolina. A usted le agrada su compañía pero siente que la situación es injusta. Su reacción es:
- Pasiva:
- Agresiva:
- Asertiva:
2. Usted está en una entrevista laboral y le hacen una pregunta discriminatoria. Su reacción es:
- Pasiva:
- Agresiva:
- Asertiva:
3. Acaba de terminar su tarea y se ha sentado para descansar frente a un vídeo cuando suena el teléfono. El marido de su vecina se ha puesto enfermo en el trabajo y ella necesita que usted cuide de su bebé mientras va a recogerlo. Su reacción es:
- Pasiva:
- Agresiva:
- Asertiva:
Lea todas sus respuestas en voz alta. ¿Qué le parecen? ¿Piensa que podría usar las reacciones asertivas en la vida real? Al principio la conducta asertiva no es fácil y requiere cierta práctica, aunque, antes de usarla, asegúrese de que sea la apropiada.
A veces creemos ser muy amables cuando, en realidad, somos pasivos. La situación número 3 sería probablemente una de esas ocasiones.
Extracto de artículo: El lenguaje corporal - Judi James
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