La procrastinación es el hecho de diferir o aplazar la realización de las cosas, que en sí mismo no es un proceder negativo, salvo que nos lleve al desorden. Afectan de una manera importante a nuestra productividad, pero muchas veces afecta también a la de nuestros compañeros y colaboradores.
Se define como: "el arte" de posponer, por lo general de forma reiterada, un trabajo que de manera inevitable debo hacer. Es tan común como la gravedad y como ella tira hacia abajo, pero en este caso de los resultados y nos acompaña todo el día. Desde la mañana con el cubo de basura demasiado lleno, pero que dejamos para otro momento, hasta antes de acostarnos, que exprimimos con desesperación el tubo de pasta de dientes vacío, por no ir a por uno nuevo.
Hoy no lo hago, pero mañana seguro que sí. No nos engañemos, nuestra mente es una mentirosa y nosotros somos los primeros en caer en nuestras propias mentiras. Nos ponemos razones y excusas en las que no creemos, pero que nos hacen caer.
Debemos combatir a nuestra mente que nos lleva a la procrastinación, porque simplemente nos hace peor. Peor como persona y como profesional y nos aleja de las cosas que queremos conseguir.
Cada vez que lo hacemos, nos estamos complicando la vida y nuestra búsqueda de empleo, ya que estamos dejando de hacer algo con lo que nos habíamos comprometido y seguramente planificado.
Esto tiene un impacto en nuestro día, ya que se suma lo que hemos pospuesto a todo lo que tenemos que hacer mañana u otro día, con su correspondiente carga emocional, de estrés, ansiedad y además sensación de fracaso, por haber caído en la tentación de posponer ese trabajo.
Estas son las principales razones:
- Pereza. Ahora no me apetece, estoy demasiado cansado, o simplemente la visión de lo que tengo que hacer me abruma.
- Miedo o indecisión. Porque lo que tenemos que hacer nos obliga a enfrentarnos a una situación que no dominamos y cuyo resultado es incierto o tiene una carga emocional que nos retrotrae a la pasividad.
- Mala organización o planificación. Queremos hacer tantas cosas que … Llenamos la agenda, con nuestras mejores intenciones, de todas las cosas que tenemos para hacer, pero el día nos pone en continuos aprietos con sus urgencias, interrupciones e imprevistos. No planificamos correctamente y nos vemos abocados a posponer cosas, que por lo general son importantes.
- Falta de energía y vitalidad. No se puede hacer las tareas en cualquier momento del día.
Lo importante es saber priorizar.
Autor: Francisco Bartolomé (Fran BVG)
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