Si no sabes decir no a las personas que te interrumpen, puedes decir no sin decir no estableciendo límites.
¿Tienes un segundo? ¿Puedes ayudarme en esto unos minutos? ¿Podemos hablar un momento ahora?. Por desgracia estas preguntas son frecuentes y el atender a menudo a quienes las formulan te hace perder el foco y acaba afectando a tu productividad.Después de luchar durante mucho tiempo contra este tipo de interrupciones, he aprendido algunas estrategias prácticas que me han funcionado realmente.
Son de dos tipos: PREVENTIVAS y REACTIVAS
Preventivas - Destinadas a evitar el acercamiento:
- La táctica de las señales externas
Para empezar, evita que tu espacio de trabajo sea agradable para los demás. Si junto a tu mesa hay alguna silla que invite a sentarse, elimínala.
Manda señales externas claras que dificulten el ser molestado. El lenguaje corporal es importante y debes transmitir que no es momento para acercarse a ti. Evita el contacto visual si ves que alguien está "rodeando" tu espacio de trabajo y tratando de acercarse. Siéntate ligeramente inclinad@ sobre la mesa y no dejes el bolígrafo sobre la mesa, con el fin de transmitir concentración.
Finalmente, otra opción más llamativa es usar auriculares anti ruido, mejor cuanto más grandes y vistosos. Te aíslan del ruido exterior y dan la sensación de que estás concentrad@.
- La táctica de programar las interrupciones
Si te das cuenta de que las interrupciones suelen producirse más o menos en el mismo periodo de tiempo cada día, ocúpate de actividades menos importantes en los periodos de más interrupciones.
Programa las actividades de mayor concentración para otro momento y anuncia a "bombo y platillo" que vas a estar ocupado durante ese período para que todo el mundo lo sepa y evite molestar.
- La táctica de la reunión
Consiste en ser difícil de encontrar. Si puedes hacerlo, cuando quieras trabajar en algún tema crítico, vete a otra sala o espacio de trabajo más alejado y privado, como si tuvieras una reunión (¡en este caso contig@ mismo!).
- La táctica de la hora de puertas abiertas
El estar siempre disponible anima a la gente a interrumpirte cuando les parece. En su lugar, establece una(s) hora(s) de "puertas abiertas" ciertos días. Si animas a la gente a hacerlo, esperarán hasta esos momentos para hablar contigo.
Si aún así, la gente hace caso omiso, puedes pasar a otro tipo de tácticas
Reactivas – Cómo actuar cuando se ha producido el acercamiento:
- La táctica del retraso
¿Podemos hacerlo en unos minutos?
En vez de asumir que tienes que dejar todo lo que tienes entre manos y atender la petición, retrásala para más tarde. Diles que en ese momento no puedes porque estás concentrad@ y ofréceles atenderlos en otro momento.
Si la cuestión es realmente urgente e inevitable, intenta descubrir cuanto tiempo será necesario y mantén la interrupción al mínimo: negocia dar poco tiempo en ese momento y planifica acabar de atenderles más adelante.
- La táctica de devolver la visita
En vez de atender a la gente cuando vienen, ofrécete a devolver la visita a esa persona más adelante. Puedes ayudarla cuando hayas acabado y sea un buen momento para ti o incluso aprovechando el tiempo de descanso. De esta forma, al devolver la visita y no estar en tu espacio de trabajo, además puedes controlar tu salida.
- La táctica del pacto
En lugar de atender a la persona que viene, puedes "pactar" con ella rápidamente el momento adecuado para tratar la cuestión.
Al ofrecer un momento alternativo para la consulta, la gente suele entenderlo y aceptarlo. Con el tiempo "aprenden" a preguntarte directamente por el mejor momento para tratar el tema.
Si nada de esto funciona, sólo queda decir No diciéndolo y de forma convincente
En mi opinión, aunque estas estrategias suelen funcionar, lo más rentable a largo plazo no es decir no sin decir no, sino aprender a decir no de forma efectiva, sin que ello implique tener que ser desagradable al hacerlo.
Fuente: Organiza tu trabajo (Rosa Ortíz)
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