Tolerancia a la frustración

Dollard, Doob, Millar, Mower y Sears en Lahey (1999) sostienen que la frustración se define como el bloqueo de algún comportamiento dirigido a alcanzar una meta, por lo tanto todas aquellas situaciones en nuestra vida donde se nos vea bloqueado algún comportamiento, meta, necesidad que no sea satisfecha, o una situación donde nos veamos coartados, será un factor que nos llevará en más de alguna medida a sufrir frustración.

Generalmente cuanto más fuerte es el motivo de la meta, tanto más intensa será la frustración cuando no se satisfaga el objetivo. Cuanto mayor sea el deseo por alcanzar una meta o la importancia que le demos nosotros mismos a satisfacer una necesidad, y nos veamos imposibilitados de alcanzarla, mayor será la frustración que experimentaremos, dado que sentiremos que hemos fracasado en lo que nos habíamos propuesto y también será más difícil el poder reponernos de este suceso o salir del estado de frustración.

- Cuando un trabajador actúa para lograr un objetivo y encuentra alguna barrera u obstáculo que le impide lograrlo, se produce la frustración.
- Para que esta exista debe haber una motivación, o necesidad, no satisfecha. De acuerdo a la importancia del motivo, será la intensidad de la frustración.



TOLERANCIA DE LA FRUSTRACIÓN:
Los factores generadores de frustración son relativos y diferentes en cada persona en particular ya que en algunas una situación le causará frustración mientras que en otras puede ser que no; esto es debido a que las situaciones con las que hemos convivido desde pequeño nos preparan, nos habitúan ante estos factores o nos vuelven más vulnerables ante otros de acuerdo a que las personas difieren considerablemente en sus reacciones ante la frustración y al estrés.

A medida que vemos que la meta se ve cada vez más difícil de alcanzar aumenta la sensación de fracaso dando como resultado un estado de frustración, aunque en algunos casos,  la sensación de frustración puede pasar desapercibida.

Por otra parte los estándares de vida que nos exige la sociedad o el entorno que nos rodea puede ser que hagan que el fallar o no lograr satisfacer un deseo no sea una opción, por lo cual algunas personas en ciertos entornos ya sea laborales o dentro de ciertas sociedades sean más susceptibles a caer en un estado de frustración, ya que si un individuo se desenvuelve en un medio en que las personas en la mayoría de casos han logrado sus metas y se han desempeñado con éxito, ante una falla, o al verse impedida esta persona de alcanzar su meta, pudiera hacerle experimentar con gran facilidad una sensación de fracaso llevándolo como consecuencia a la frustración.

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El potencial de frustración en general es mayor en las personas que viven en las ciudades industrializadas que aquellos que viven en sociedades primitivas (más sencillas), puesto que en las sociedades industrializadas el deseo por el éxito y sobresalir es una necesidad en la mayoría de las personas, en cambio en las sociedades primitivas al ser sus necesidades únicamente las primarias es mucho más difícil que ésta caiga en frustración porque las exigencias son menores.

Algunas veces la frustración es causada por factores existentes dentro de nosotros mismos que impiden que nos encontremos satisfechos. Esto se debe a que algunas veces las metas que nos imponemos tienden a ser poco realistas, lo que las hace muy difíciles de alcanzar, y en otros casos se da que la persona es demasiado crítica de sí misma, por lo cual y aunque haya alcanzado una meta, considera que no la alcanzó en la medida deseada y sufre cierto nivel de frustración.

La tolerancia de la frustración se aplica al grado y la duración del estrés que una persona tolera antes de sufrir desorganización o desarrollar los mecanismo de defensa, por lo que la tolerancia ante la frustración podría ser considerada como la relación del tiempo que una persona permanece ante una situación causante de estrés y el grado en que esta persona se vería afectada ante la misma.
Una situación que normalmente no nos afectaría mucho, al permanecer demasiado tiempo, nos llevará finalmente a un estado de frustración y llegará a sufrir las consecuencias o mecanismos de defensa de la misma.

La frustración en la mayoría de los casos tiende a ser acumulativa.
Una persona al vivir una serie de situaciones frustrantes de pequeña importancia para ella, pero que vayan sumándose, al final logran trastocar la vida del individuo y éste llega a sentirse frustrado, aún cuando cada una de éstas individualmente no le causarían frustración en absoluto, pero el intervalo en que ocurren y la susceptibilidad del sujeto en ese momento, es un factor importante para que le generen un estado de frustración.

Las frustraciones que ofrecen amenazas directas a la imagen que tenemos de nosotros mismos, es probable que sean sentidas más intensamente y nos generen un mayor impacto. Esto se puede observar cuando nosotros tenemos un concepto de que estamos desenvolviéndonos bien en una actividad o que hemos triunfado en el desempeño de la misma, pero una tercera persona nos dice que ante ella o que ante los demás, no hemos hecho bien nuestro trabajo, o que hemos fracasado en nuestro desempeño; esto nos hará que la sensación de frustración sea de gran intensidad, y por ende, también así será la forma en que la persona desarrolle un mecanismo de defensa.
Autor: Varios autores
Descargar: Terapia para mejorar su tolerancia a la frustración (.pdf)
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