Desde que Rajoy ganó las elecciones y llegó al poder España da asco. El Partido Popular ha conseguido transformar nuestro país en un lugar donde la ponzoña hace irrespirable la convivencia. Mariano Rajoy es el principal responsable de ello al gobernar dando la espalda a sus ciudadanos, los mismos que le votaron, los mismos a los que engañó de manera mezquina por sus ansias de poder tras haber perdido en dos eleccionesEl ejemplo de que los que pregonan a los cuatro vientos su amor a la patria hispana desde la dirigencia política es una mentira, lo vemos en que precisamente son esos los que cuando hay dificultades escurren el bulto dejando la responsabilidad para los que no van gritando Patria, Patria, Patria por los rincones. Son demasiados los ejemplos de falsos patriotas que se envuelven en la bandera para salvar sus intereses personales o políticos pero que tienen sus dineros en Suiza o en paraísos fiscales. No es nuevo porque durante el franquismo, régimen de exaltación patriótica, fueron muchos los dirigentes del Movimiento que sacaron sus capitales hacia el país helvético cuando se acabó la autarquía. ¿Por qué los herederos de aquel régimen no iban a hacer lo mismo que sus padres?.
La burbuja inmobiliaria que ellos crearon es la verdadera causa de los males de los españoles. Ese patriotismo de bandera les llevó a generar una estrategia a largo plazo para someter al pueblo español y recortar los derechos y libertades con los que ellos jamás estuvieron de acuerdo.
A nivel económico Rajoy ha logrado que los ciudadanos se sometan sin cuestionar nada para poder sobrevivir. La solución que ha dado al principal problema que ellos generaron al potenciar la burbuja inmobiliaria es la precariedad laboral y salarial, eliminando derechos y permitiendo que en España se estén pagando salarios a niveles de los años 70 del siglo XX o que las condiciones de trabajo de los ciudadanos se acerquen a la explotación ejercida en países como Bangladesh, India o Sri Lanka.
La Reforma Laboral de Rajoy da a los empresarios las herramientas para meter el miedo a perder el empleo a los trabajadores que llevan a aceptar condiciones tan deplorables como cobrar menos de 100 euros al mes o realizar horas extraordinarias no remuneradas que superan las estipuladas en su contrato. Por eso España da asco.
Mariano Rajoy, el mismo personaje que aceptaba teorías de superioridad genética al hablar de la supremacía de los «hijos de la buena estirpe» sobre el resto de los ciudadanos, está derogando subrepticiamente las libertades y los derechos que se ganaron tras la caída del franquismo.
Hace poco tiempo tuvimos el ejemplo más claro de ello con la aprobación por parte del Congreso de la mal llamada Ley de Seguridad Ciudadana, una ley que legaliza la represión ideológica, la represión del pueblo, la crítica y que deroga, de manera miserable, los derechos de expresión, reunión y manifestación a través de la aplicación de faltas y multas, ya que una modificación del Código Penal necesitaría de una mayor ingeniería legal y de unos plazos más largos que el PP no está dispuesto a asumir.
El Partido Popular y su gobierno aplican las medidas necesarias para evitar que los ciudadanos llenen las calles de manifestaciones y protestas ante el constante atropello que todas y cada una de las leyes que aprueban ejecutan sobre el pueblo.
Durante la legislatura de Rajoy los españoles han demostrado que su encabronamiento no va más allá de la barra de un bar, de la tertulia vecinal o del mal llamado activismo en las Redes Sociales. El pueblo español ha demostrado una sumisión ante las reformas ideológicas del PP que da vergüenza. Con todo lo que han hecho, y todo lo que van a hacer, las calles deberían haber estado ardiendo. Tal vez esta sumisión esté provocada por una falta de liderazgo en las protestas por los partidos y los sindicatos. Tal vez el pueblo español ha vuelto a demostrar su resignación histórica. Sin embargo, lo que no es de recibo es que se apruebe una Ley represora que rivaliza «tête à tête» con las que se aplicaron tras el final de la Guerra Civil. Por tanto, el Partido Popular ha logrado llevaros hacia los años que ellos tanto admiran, aquellos años en que el pueblo era considerado como súbdito y no como integrante activo del régimen político.
¿Qué tienen preparado para querer aplicar estas medidas en pleno año electoral? ¿Cuál es el siguiente paso de regresión democrática que van a dar para aprobar la Ley Mordaza? ¿Acaso es una ley preventiva para evitar que la indignación ciudadana llegue al lugar que se ha ocupado durante todo el gobierno de Rajoy ante los nuevos atentados que nos tienen preparados? ¿Acaso tienen preparada una reforma legal que les mantenga en el poder sin pasar por las urnas y que provocaría una indignación ciudadana que les sacaría de su letargo? Esta Ley Mordaza es el blindaje que se quieren poner ante lo que está por venir y ante el temido despertar del pueblo. No sé lo que esas mentes retrógradas tienen preparado, pero me da mucho miedo, si les digo la verdad. Miedo y, a la vez, asco.
Sin embargo, la mezquindad no acabó ahí. La pasada semana Mariano Rajoy tuvo la desvergüenza de afirmar que «la crisis es historia del pasado». ¿Cómo se puede ser tan miserable? ¿Cómo se puede ser tan irresponsable? Simple, siendo Mariano Rajoy. A nadie en su sano juicio se le podría ocurrir decir tal barbaridad. A nadie salvo al Presidente, el mismo Presidente que no dudó en inventarse un programa electoral falso para llegar a donde se encuentra ahora, el mismo Presidente que avaló a Luis Bárcenas en un banco suizo donde había depositados millones de euros (Luis, sé fuerte). Un dirigente responsable se centra en los datos reales y no en las pajas mentales que le preparan sus asesores. ¿Cómo no va a dar asco la España del PP con un Presidente así? En España tenemos más de 5 millones de parados, de los cuales más de 3 no reciben ningún tipo de ingreso. España es el segundo país de la UE con más pobreza infantil y el país desarrollado donde hay una mayor desigualdad, desigualdad, por cierto, propiciada desde el mismo Gobierno. Sin embargo, él sólo se centra en los datos macroeconómicos, en los datos de los mercados, en datos virtuales que no traspasan el velo de la realidad. Según ellos la economía española crece. Puede ser cierto, les doy la perra gorda, pero ese crecimiento y esa recuperación no llegan a los ciudadanos, y hasta que no llegue a éstos no se puede hablar de que la crisis sea historia. Más de un tercio de los privilegiados que tienen trabajo cobra por debajo del SMI, uno de los más bajos de la UE, por cierto. España es el país donde hay más trabajadores pobres de Europa. Decir que la crisis ha pasado es tan miserable como afirmar que los niños no están desnutridos sino obesos o que es mejor coger un trabajo de mierda a estar parado. Con Mariano Rajoy España da asco, apesta.
Es lo que tiene haber votado a la derecha, haber dado a la derecha tanto poder que lo han ejercido como sólo ellos saben hacerlo: como lo hubiera hecho Francisco Franco, de quien son depositarios de su herencia ideológica.
Autor: José Antonio Gómez - extracto artículo (Diario Progresista)
No hay comentarios :
Publicar un comentario