El escenario actual obliga a los directivos y mandos intermedios a desarrollar habilidades camaleónicas y reinventarse o reciclarse, si es necesario.
Hablamos de un mercado cada día más exigente que lleva a las empresas a demandar nuevas habilidades y competencias para sus empleados con el fin de obtener mejores resultados de forma más eficiente, aumentando la productividad y la competitividad de sus negociosHoy en día se necesita conocimiento técnico y experto. La experiencia, habilidad en las técnicas de negociación y cualidades interpersonales como la proactividad o la capacidad de adaptación son algunas de los aspectos más valorados en los directivos y mandos intermedios. Sin olvidarnos de las relaciones con las personas, sabiendo persuadir, animar y motivar.
La suma de estas habilidades, junto a la formación específica, podrían detallarse en estos puntos:
1. Capacidad de adaptación: permitiendo una mejor integración y relación de los equipos de trabajo, clientes y proveedores. Alta tolerancia a los cambios y pronta adaptación a ellos.
2. Idiomas, al menos inglés. Según la posición, se podrán necesitar otros.
3. Capacidad de innovación y creatividad. Tener claras las ideas. Cuestionar los límites de lo que nos rodea y tener la capacidad de generar nuevas realidades.
4. Lealtad: las personas con experiencia dentro de la empresa son la rentabilización de una inversión que ya se ha realizado.
5. Polivalencia: un empleado con habilidades en diferentes campos y que pueda desempeñar trabajos en diversos puestos puede abarcar más fases dentro del proceso de producción y, por tanto mejor coordinación de diversas áreas.
6- Organización, planificación y capacidad de asumir riesgos. Tener orientación a resultados pero, a la vez, saber reconciliarse con la posibilidad de un fracaso.
7. Proactividad: tomando iniciativas en el desarrollo de proyectos creativos y asumir las responsabilidades que esos proyectos implican, siempre rodeándose de de positividad y optimismo intentando ver siempre el vaso medio lleno.
8. Capacidad de trabajo: concentrar las energías en su tarea y llevarla a cabo aunque ello implique más esfuerzo de lo normal.
9. Capacidad de negociación: para alcanzar negociaciones y mejorar las condiciones costo – beneficio.
10. Habilidades interpersonales: muy necesarias para mantener una comunicación interna fluida, un ambiente laboral agradable y motivador, así como un alto nivel de trabajo en equipo, sabiéndolo gestionar y coordinar. Asimismo optimizar el talento.
Las relaciones con clientes y proveedores también se ven beneficiadas con un trabajador con buenas aptitudes para las relaciones sociales. Sin olvidarnos que deben saber manejar las percepciones que todos los demás tienen de ellos.
Autor: Montse García
No hay comentarios :
Publicar un comentario