Llegó a contar en sus buenos tiempos con unas treinta y cinco viviendas que se dedicaban a la ganadería (vacas, ovejas y cabras), siendo sus campos sembrados principalmente de centeno, que es el cereal que mejor se adapta a las alturas. A mediados del siglo XX la mayoría de los habitantes empezaron a ir a trabajar a las minas de carbón de Bembibre, lo que fue una de las causas de la emigración de sus vecinos que tenían que hacer largos trayectos por malos caminos y con todo tipo de inclemencias meteorológicas para ir a la mina, por lo que la gente optó por trasladarse a vivir al lado de donde tenía el trabajo. Esto unido al aislamiento que padecía y la falta de infraestructuras ocasionó la marcha paulatina de la población. Marcharon en su práctica totalidad a Bembibre, concentrados además en un mismo barrio de este pueblo. El matrimonio formado por Laurentino Garzo y Guadalupe Crespo fueron los últimos en marchar de Urdiales, lo hicieron en mayo de 1971.
Urdiales de Colinas es un pintoresco pueblo situado al final de un angosto valle cerrado por un anfiteatro montañoso. Pueblo muy aislado, alejado de otros pueblos y con muy malas comunicaciones. Inviernos muy largos de mucha nieve y veranos muy cortos, donde incluso en el mes de Julio hay muchos días desapaciblesEl cura y la maestra residían en el pueblo y el médico venía a caballo por caminos muy montuosos desde Noceda, igual de complicado trayecto tenía el cartero que vivía en el vecino pueblo de Los Montes de la Ermita y bajaba a buscar la correspondencia a Igüeña para luego repartirla en estos dos pueblos y en Colinas del Campo.
Las fiestas patronales dedicadas a la virgen del Rosario se celebraban en Mayo y en la actualidad se celebran el segundo domingo de Julio.
Antaño tuvieron luz eléctrica en las casas proveniente de un salto de agua llamado la Fábrica, río arriba del pueblo, pero algunos vándalos dañaron las instalaciones y tuvieron que volver a los candiles.
El juego de bolos solía ser el entretenimiento de los jóvenes en los pocos ratos libres que había en aquellos tiempos, además de jugar a las cartas.
En Urdiales existía la costumbre de echar el filandón, que consistía en una reunión de varios vecinos después de cenar en alguna casa sentados en los escaños alrededor de la lumbre contando historias, anécdotas y cuentos pasando unas veladas agradables, a la par que algunas mujeres aprovechaban para hilar la lana. La gente joven también hacía una especie de filandón en alguna habitación o pajar donde se contaban chismes y vivencias. Esta tradición se daba además de en zonas de León, en parte de Asturias y de Galicia, normalmente solía ser en pueblos muy aislados y recónditos donde apenas había entretenimientos posibles.
Después de estar el pueblo más de veinte años en completo estado de abandono, en 1998 se empezaron a rehabilitar algunas casas por los que se fueron y actualmente están tratando de sacar adelante a Urdiales y que resucite de sus cenizas.
Están llevando a cabo una incondicional labor de mejora del pueblo, han arreglado el camino de acceso al pueblo, donde antes era un camino para caballerías ahora puede llegar cualquier vehículo, han recuperado las fiestas cambiándolas a Julio con numerosa presencia de los antiguos vecinos, tienen agua en las casas, luz de momento no pero lo solucionan con generadores. También han hecho un merendero a la entrada y poco a poco este bellísimo pueblo del Alto Bierzo va superando escalones para conseguir salir a flote.
Publicado por: Faustino Calderón (Pueblos deshabitados de España)
Fotos: Faustino Calderón
1 comentario :
Visitamos este pueblo en verano de 2015 ya que allí nació la madre de mi mujer.
Realmente quedamos impresionados.
Un saludo
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