En vez de crear un mundo en el que la posibilidad de trabajar desde cualquier sitio nos libere para disfrutar la vida un poco más, está sucediendo justamente todo lo opuesto.
¿Está feliz en su trabajo? Si eso le parece una pregunta capciosa, ¿podría al menos decir si está interesado en lo que hace y se siente motivado?Si la respuesta es no, no se preocupe. No está solo. De hecho, un notable 70% de los trabajadores de Estados Unidos se sienten poco comprometidos o están activamente desvinculados del trabajo. Y como los empleados del resto del mundo parecen seguir esa tendencia, surge la pregunta: ¿qué podemos hacer al respecto?. ...
Fundamentalmente, el trabajo no funciona. Seguimos pensando en el trabajo como en un lugar de destino, cuando deberíamos pensarlo como una actividad. Es algo que hacemos, no un lugar al que vamos.
La tecnología es parte del problema. El correo electrónico es un ejemplo de uso anticuado de tecnología. Empleamos el correo electrónico para todo en vez de levantar el teléfono, por ejemplo, o usar otras herramientas de colaboración. Y eso, ahoga tanto la productividad como la creatividad.
Encima, no sólo pasamos horas en la oficina lidiando con los correos, sino que nos atrapó la necesidad de revisarlos por la noche, los fines de semana, en el colegio, el supermercado... en donde quiera que estemos.
En parte se trata de un comportamiento autoinculcado y en parte de algo impulsado por la cultura corporativa, así como un malentendido sobre cómo deben usarse esas herramientas.
Permitimos que la tecnología nos domine y nos convertimos en sus esclavos. Todas esas cosas conspiran.
Sitio de trabajo
Parte del cambio involucra los espacios físicos en los que desarrollamos nuestros trabajos.
En algún momento, la oficina era el único lugar donde teníamos la tecnología necesaria para desarrollar nuestras labores. Pero ahora muchos tenemos mejores equipos en casa.
Una de las premisas básicas de nuestra teoría es que el futuro le pertenece a la creatividad, si militas en esa teoría, las oficinas de plan abierto -sin paredes o tabiques- son terribles.
El argumento es que los inmensos espacios integrados, tan del gusto de arquitectos y departamentos de recursos humanos, terminan destruyendo los que buscan nutrir y alentar.
Los estudios recientes dicen que esas oficinas nos enferman, nos hacen menos productivos y menos felices.
Para desarrollar nuestro mejor trabajo necesitamos meternos en algo que llaman "estado fluido", que toma al humano un promedio de unos 15 minutos en alcanzar.
¿Cuándo fue la última vez que tuvo 15 minutos en los cuales no fue distraído por una llamada telefónica, un correo electrónico o alguien hablándole sobre el capítulo de la novela de la noche anterior?Jerarquías planas
La solución es adoptar una jerarquía más plana y concederle al equipo la libertad para trabajar flexiblemente, aunque eso no signifique necesariamente trabajar desde casa, que suele ser la idea generalizada. Trabajar desde donde lo puedas hacer mejor durante el día, pero hay que evaluar eso con cuidado.
Todo integrante de la fuerza de trabajo de una organización debería tener la capacidad de trabajar flexiblemente, aunque ciertos trabajos obviamente requieren que las personas estén en sitios específicos.
El otro problema es que el trabajo flexible es frecuentemente considerado como un beneficio para individuos que tienen hijos, y causa problemas de confianza (el tema de la confianza no es entre empleado y empleador, como podríamos creer, en realidad es entre empleados) y esa posibilidad de granjearse el desdén de los colegas conduce a veces a comportamientos paranoicos. Empiezan a hacer cosas estúpidas, como enviar más correos electrónicos muy temprano en la mañana, porque están preocupados por lo que podrían estar diciendo (los colegas en la oficina).
Empresas sociales
Todo eso depende de la tecnología adecuada. Usar las herramientas indicadas de la manera correcta. Simplemente tener una cuenta en una red social no cuenta.
Estamos metidos en una extraña realidad en la que tenemos experiencias tecnológicamente más ricas en casa de la que muchos tienen en el trabajo. Nos comunicamos muy diferente en casa y en nuestras vidas personales que como lo hacemos en el trabajo.
"Vemos el poder de lo que puedes hacer socialmente, pero también ves las limitaciones en cómo compartes y colaboramos en el trabajo. Esto va a empezar a integrarse porque creo que la gente tiene grandes expectativas sobre cómo colaborar" (Dave Coplin).Se trata de una democratización del conocimiento. Pese a eso, la mayoría de las organizaciones que han tratado de implementar esta colaboración social han fallado. ¿Cómo es posible, si esto es tan beneficioso para los negocios?
Las compañías no pueden entusiasmarse a medias. Estas políticas y tecnologías deben integrarse en el tejido de lo que hace la gente, en vez de ser usadas en burbujas con poco apoyo o aisladas donde languidecen y mueren. Al igual que con el trabajo flexible, debería ser para todos y no para unos pocos escogidos.
Hablamos de trabajo flexible, colaboración social, gerencias de manera diferente. No es que uno implemente esto y como por arte de magia todo cambie, pero es el principio: lo importante es pensar de otra manera sobre el trabajo y la vida.
Estudios realizados por: Empresa Gallup
Ideas y opiniones reflejadas por: Dave Coplin (jefe de visualización de Microsoft en Reino Unido)
Autor artículo: Fiona Graham (BBC Mundo)
Derechos sobre imágenes: BBC Mundo
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