Un buen día, un campesino andaba con su burro por el campo y este último cayó a un pozo. El pobre animal lloró fuertemente durante varias horas mientras el campesino pensaba cómo lograr sacarlo de ese lugar.
Empezamos la semana con una breve historia dedicada a los lectores emprendedores. Esta fábula se llama: El campesino y el burroLuego de pensar, decidió que como el burro ya estaba muy viejo y el pozo estaba seco (de todas maneras necesitaba ser tapado) no valía la pena sacar al burro del pozo. Pidió ayuda de sus vecinos para que lo ayudaran en esta decisión. Cada uno de ellos se acercó con una pala y empezaron a tirar tierra al pozo.
El burro al darse cuenta de lo que pasaba, lloró. Pero luego que un poco de tierra entró al pozo, el animal se quedó quieto. La gente no sabía lo que pasaba. El campesino intrigado miró al fondo del pozo y se sorprendió con lo que vio. Con cada porción de tierra echada en el pozo, el burro se sacudía y la pisaba formando un piso cada vez más alto.
Pronto todos vieron como el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde, salió trotando y haciendo ruidos que probablemente hubieran sido de felicidad por su libertad.
¿La moraleja? Cada adversidad es una oportunidad para el emprendedor. A veces otra gente o situaciones tratarán de hundirnos en un pozo, pero hay que ser valientes y seguir adelante, buscando nuevas formas de desarrollo. No vale darnos por vencidos.
Publicado por: Javier Díaz
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