Aunque actualmente parece propio de egoístas quejarse sobre el trabajo, hay veces que el ambiente que se respira en la empresa, o el trato que se recibe no es el adecuado, y que el estar feliz por tener trabajo, no equivale a estar feliz en el trabajo.
"Puedes ser mi jefe, pero no eres nuestro dueño", "No pretendas que actuemos como si la empresa fuera nuestra", "Deja de hacernos perder el tiempo con encuestas. Sabes de sobra lo que no funciona. ¡Soluciónalo!".Aunque cada vez es más común que en las empresas se coloque un buzón de sugerencias, muy pocas veces es utilizado por los trabajadores.
Hay que animarse a perder el miedo a la hora de hablar claro con el jefe y que se expresen los sentimientos, porque al menos, hará que el empleado se tranquilice. Por eso, os damos una serie de consejos prácticos para enfrentarse al temor, empezando siempre por los buenos modales y la educación:
- Lejos de lo que piensas, muchos jefes también agradecen la sinceridad. Por tanto, anímate a tomar la iniciativa a la hora de resolver un conflicto, pedir un ascenso en la empresa o un sueldo.
- No dejes que el miedo al qué dirán te limite. Es decir, que no te preocupe aquello que puedan decir los compañeros de la empresa.
- Ten siempre una razón profunda para actuar de cierto modo. Siempre que tengas tu conciencia tranquila, toma la iniciativa de exponer tus puntos de vista a tu jefe.
- Busca el momento oportuno, un día en el que estés tranquilo y fuerte. En general, no es una buena idea empezar la semana con una conversación de este tipo. Deja mejor que sea a partir del miércoles para tener cerca la motivación del fin de semana.
Fuente: RRHDigital (extracto artículo)
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