Conciliación - ¿Es rentable trabajar desde casa?

Uno de los grandes retos actuales en cualquier entorno empresarial es alcanzar el equilibrio entre la vida profesional y la vida privada. Es lo que se conoce como conciliación, un reto para muchos y una realidad para otros. ¿Y qué se puede hacer para alcanzar la tan deseada conciliación entre la vida personal y profesional? Lo más deseado es el teletrabajo.

Como su propio nombre indica, el teletrabajo es trabajar a distancia. Esto significa que no es necesario acudir a un lugar concreto para desarrollar la actividad profesional, sino que técnicamente, el trabajo viene a casa.

Podría decirse que hoy en día el teletrabajo es el culmen de la conciliación entre vida familiar y profesional, si bien existen otros mecanismos como la reducción de jornada, las guarderías en los puestos de trabajo o los horarios flexibles, entre otros.


Comprobemos, pues, cuáles son las ventajas y las desventajas de trabajar desde casa, teniendo en cuenta que se puede convertir en una opción para nosotros mismos o para nuestros empleados.

Ventajas del teletrabajo
En primer lugar, parece adecuado comenzar enumerando las diversas ventajas que presenta la posibilidad de trabajar desde casa. He aquí las más importantes:
Horario flexible. Si hay una modalidad de trabajo que permite disponer de un horario flexible, ese es el trabajo a distancia. Al no tener que “fichar”, puedes administrar tu trabajo según tus necesidades o disposiciones, organizando el horario de la forma más efectiva posible. Es conveniente que ese horario coincida, aunque sólo sea parcialmente, con el horario de la sede del trabajo, en tanto que puede ser necesario establecer comunicación frecuentemente a través del ordenador o del teléfono. De ahí que sea importante tener un horario parecido al de los jefes o compañeros, para poder estar en contacto si no en persona, al menos virtualmente.

Autorregulación. No hay que caer en el error de considerar que el hecho de trabajar desde casa significa que tú eres tu propio jefe. Ni mucho menos. Pero es cierto que esta posibilidad ofrece una serie de libertades que se condensan, básicamente, en la autogestión. Tú eres quien decide como organizar la cantidad de trabajo acumulado, cuándo y como hacerlo. No debes cumplir con ciertas normas de comportamiento, ni de imagen, no has de llevar uniforme ni corbata… Podría decirse que eres libre de administrarte tu propio trabajo. Eso sí, recuerda que para poder llevar a buen puerto un trabajo a distancia son necesarias unas cuantas dosis de disciplina y responsabilidad, pues trabajar desde casa no es sinónimo de vivir ociosamente, y el trabajo tiene que salir adelante sea como sea.

Compaginación con otras responsabilidades. Cualquiera que sea la situación, siempre tenemos que contar con que el trabajo no es nuestra única responsabilidad. Hay veces que tenemos que hacer tareas administrativas de cualquier tipo, con lo que prácticamente perdemos la mañana. Otras veces, son los niños los que requieren nuestra atención si están enfermos, o en verano cuando están de vacaciones. ¿Qué mejor manera de atender nuestras responsabilidades que compaginándolas con un trabajo permisivo y flexible?.

Comodidad. Ni que decir tiene que no es tan cómodo trabajar en una oficina como hacerlo desde casa. No es necesario sucumbir a la presión de los atascos mañaneros, ni a los bocinazos de los impacientes. Tampoco debes apresurarte para hacer recados al salir, antes de que cierren las tiendas y, por su puesto, puedes trabajar cómodamente en un rincón de tu casa, tranquilamente, con una taza de café en la mano y ropa cómoda para variar. Suena suculento, ¿no?.

Inconvenientes del teletrabajo
Pero, por otro lado, hay una serie de desventajas que también hay que tener en cuenta a la hora de implementar esta metodología en nuestro negocio.
Equipos informáticos. Trabajar a distancia requiere que la persona que se encuentra lejos de la sede empresarial disponga de todo lo necesario para poder desarrollar su trabajo correctamente y, a la vez, estar en contacto con el resto del equipo. De ahí que sea de suma importancia que el trabajador cuente con un buen equipo informático y de un mantenimiento del mismo saludable, a fin de evitar problemas en el desarrollo de sus tareas profesionales.

Distancia en caso de conflictos. En caso de conflictos, errores o lo que comúnmente conocemos como “marrones”, el trabajador que se encuentre en su casa está sólo ante el peligro, esto es, debe solucionar por sí mismos sus problemas, sean éstos del tipo que sean. Por ejemplo, en caso de que se estropee el ordenador, debe repararlo o desplazarse hasta la sede del trabajo para solucionarlo. Y como este, muchos otros problemas que pueden acontecer en cualquier momento.

Poca relación con el equipo de trabajo. Trabajar desde casa puede ampliar las distancias en las relaciones con el equipo de personas que componen el entramado profesional. No hablamos solo de las relaciones formales que se pueden mantener a través del ordenador o del teléfono, sino también de las relaciones informales, esas conversaciones que se desarrollan en la hora del café o del almuerzo, en la que se estrechan lazos y se crea un vínculo identitivo del equipo humano que conforma la empresa.

Desconexión con el entorno laboral. Y lo mismo que ocurre con las relaciones entre las personas, también pasa con la actualidad laboral. Esas pequeñas cosas que pasan día a día en la oficina, de las que todos hablan o que todos deberían conocer se hace algo especialmente remoto y lejano para los trabajadores que trabajan desde casa. Es más complicado empaparse de la cultura empresarial y, por ende, más difícil integrase en la estructura de la empresa.

Existe la opción de implementar este modelo de trabajo; de hecho, cada vez se utiliza más. Lo importante, en cualquier caso, es conocer las características de cada empresa o actividad y sopesar si merece la pena o no embarcarnos en este nuevo modelo laboral.
Fuente: Formapyme

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