Había una vez una golondrina que empezó a emigrar demasiado tarde en invierno, y se estaba congelando mientras volaba.
- No todo el mundo que te caga es tu enemigo.
- No todo el mundo que te saca de de la mierda es tu amigo.
- Si estás con la mierda al cuello, pero feliz, mantén la boca cerrada.
Al final cayo a tierra, y ella creía estar ya acabada... pero entonces se le acercó una vaca que le soltó una plasta encima.
Bueno, la caca estaba bien calentita, así que la golondrina se encontró mucho mejor y empezó a piar de satisfacción. Pero un gato oyó a la golondrina, la sacó de la plasta, la limpió, y se la comió.
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