Los vídeos del blog como la mayoría de los "contenidos" son una recopilación de medios de divulgación externos y desconozco si los mismos tienen contratos de cesión de derechos para reproducirlos, alojarlos o permitir su descarga... Agradecemos su colaboración por informar de enlaces rotos para poder actualizarlos. Este sitio está adaptado sólo para Google Chrome y Microsoft Edge - We appreciate your help by reporting broken links to update. This site is accessible only to Google Chrome and Microsoft Edge browsers.

Quintanas-Olmo (Cantabria) - PUEBLOS DESHABITADOS


Estado actual: Una asociación para la rehabilitación de drogo-dependientes son los únicos habitantes permanentes del pueblo. Otra casa permanece abierta casi todo el año excepto los meses de invierno.
Altitud: 930 metros.
Distancia en kilómetros a
- Reinosa: 51 km.
- Santander: 119 km.
- Madrid: 323 km.
Acceso: En la carretera que recorre el valle de Valderredible, en las afueras de Polientes sale una estrecha carretera señalizada que en continuo ascenso nos lleva en 6 km. a Quintanas-Olmo después de pasar por el pueblo de Arantiones.
Comarca: Campoó-Los Valles

Quintanas-Olmo se encuentra situado en un espeso robledal en las alturas del valle de Valderredible. Pueblo que ha estado muy aislado hasta hace pocos años pues ya por el mes de noviembre solían caer unas nevadas muy fuertes y tiene la carretera asfaltada desde hace 2 años.
Hay luz eléctrica desde el año 1954 que trajeron desde la central eléctrica de Puente Viesgo y el agua corriente tardó bastante más en llegar (hacia el 2003).



Fueron en sus mejores tiempos 18 viviendas que vivían del cultivo de cereal (trigo y centeno), y de patatas (que aparte de para consumo propio, las llevaban a vender a La Puente del Valle). En la ganadería tenían un poco de todo pero predominaba la oveja, para la cría del cordero que venían a comprar los carniceros de Polientes.

Las fiestas patronales de La Concepción se celebraban el 8 de diciembre, pero debido a las inclemencias del tiempo acabó por trasladarse al 8 de septiembre. Se celebraba una misa y una procesión alrededor de la iglesia.
Para comer tenían la costumbre de sacrificar una machorra (oveja vieja que ya no servía para la cría) quedando para el final del día el baile con los músicos que venían desde Los Carabeos (flauta y tambor).
El cura venía desde el cercano pueblo de Arantiones, y el médico subía a caballo desde Polientes, igual que el cartero. La maestra vivía de patrona en alguna casa del pueblo.
En el año 1963 el señor Gregorio Garrido, con su mujer Teófila y su hijo Mateo cerraron la última casa que permanecía abierta y marcharon a Reinosa dejando a Quintanas-Olmo completamente vacío, aún cuando algunos vecinos seguían subiendo en temporadas y se siguieron manteniendo y cuidando algunas casas.
La gente se fue marchando por un efecto dominó en el que unos vecinos se iban llevando a otros hacia las zonas industriales que en esa época estaban en pleno auge. También para los pocos vecinos que fueron quedando fue un obstáculo la repoblación forestal que se hizo en los montes que prohibió el pastoreo de las cabras y las vacas, lo que desanimó a los ganaderos.

Casi todos los habitantes se fueron para el País Vasco (a Bilbao la mayoría).
Los matorrizos (así se les conocía a los habitantes de Quintanas-Olmo), tenían que bajar al valle para casi todo, por los antiguos caminos de caballería que había entonces; tardaban 40 minutos andando a Polientes, su ayuntamiento, adonde también bajaban el último sábado del mes a la feria de ganado a comprar o vender terneros.
A La Puente del Valle bajaban a moler grano, a Barcena de Ebro bajaban a coger el coche de linea de la empresa Rodríguez que hacía el recorrido Polientes- Reinosa, y ya en contadas ocasiones se desplazaban a coger el tren hasta la estación de Los Carabeos. A Reinosa apenas solían ir, si acaso para las ferias de ganado por Santiago y San Mateo y alguna vez se desplazaban hasta el pueblo palentino de Aguilar de Campoó sobre todo para comprar vino.

Los domingos y los ratos libres se jugaba a los bolos en el carrejo, se echaban partidas de cartas en la cocina de alguna casa o se iba a la cantina del pueblo de Arantiones.
El pueblo en la actualidad va recobrando algo de vida en verano con la rehabilitación de algunas casas y por la extraordinaria labor que están llevando la asociación allí instalada, que ha mejorado las calles y caminos, han recuperado algunos edificios y están en permanente actividad para la mejora del pueblo.
Fuente: Pueblos deshabitados
Imágenes: Faustino Calderón

No hay comentarios :